En Siargao, una pequeña isla pegada a la gran isla de Mindanao, el paraíso parece estar más cerca. Para llegar hasta aquí hay que subirse a un avión en Manila que sobrevuela algunas de las más de siete mil islas que hay en Filipinas. Pasada hora y media aterrizamos en Surigao, al norte de Mindanao. Desde aquí, tres horas en barco nos llevan hasta el pequeño paraíso de Siargao.

En Siargao la vida parece sencilla, sin complicaciones. Una cabaña en una playa con palmeras es suficiente para darse un baño en el paraíso. El resto consiste en dejarse ir, y en acercarse a las maravillosas playas y a algunas de las olas que han hecho famosa a la isla entre los surfistas.
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